La hiena de Querétaro, el Amityville mexicano.

 


Claudia Mijangos mató a puñaladas a sus tres hijos mientras dormían la madrugada del 24 de abril de 1989 declarando que fue obligada por una entidad diabólica que la poseía. Fue diagnosticada con trastorno esquizoafectivo y epilepsia del lóbulo temporal. Por ello, solo fue sentenciada a 30 años de prisión, la pena máxima por un delito de este tipo en México en la época.

Cuando Claudia tenía 33 años, comenzó a experimentar severos ataques psicóticos en los meses anteriores a los asesinatos. Según los informes, estos ataques involucraron alucinaciones de demonios y ángeles que dejaron a Claudia atormentada psicológicamente.

El 23 de abril de 1989, el esposo de Claudia recogió a sus hijos de una kermés en la escuela y los llevó a la casa de Claudia. Allí, Castaños y Claudia entablaron una intensa discusión. Él le reclamó sobre el padre Ramón y manifestó su deseo de volver a estar juntos. Furiosa, Claudia defendió al padre Ramón y rechazó el deseo de Castaños de reavivar su relación. Antes de irse, Claudia amenazó a Castaños diciéndole que lo lamentaría.8​ Después de cerrar la puerta detrás de él, Claudia subió las escaleras para arropar a sus hijos en la cama y se fue a dormir.

Unas horas más tarde, el lunes 24 de abril de 1989, alrededor de las cuatro de la mañana, Claudia se despertó con fuertes voces en su cabeza. Dijo que las voces le dijeron que Mazatlán había desaparecido y que “todo Querétaro era un espíritu”. Desesperada, Claudia llamó a su amiga Verónica Vázquez quien le pidió a Claudia que se calmara. Verónica prometió venir en la mañana para ayudarla. Tras la llamada, Claudia se levantó de la cama, se vistió, fue a la cocina y tomó tres cuchillos mientras sus hijos aún dormían.

Cerca de las cinco de la mañana, Claudia despertó a su hijo Alfredo de 6 años y lo atacó con un cuchillo. Recostándose en su cama, le agarró la mano izquierda y se la amputó por completo. Alfredo gritó, lo que despertó a su hermana mayor, Claudia María, de 11 años, entró en la habitación y le suplicó a su madre que se detuviera. Cambiando de cuchillo, Claudia corrió sobre su hija mayor y la apuñaló seis veces. Herida, Claudia María logró salir de la habitación y suplicó en voz alta a su madre por clemencia. Los gritos despertaron a los vecinos. Claudia tomó el tercer cuchillo y apuñaló a su hija Ana Belén, de nueve años, en el corazón. Claudia corrió escaleras abajo en busca de Claudia María, quien se había desmayado en el piso del comedor y la apuñaló nuevamente. Luego la arrastró escaleras arriba y colocó su cuerpo sin vida en el dormitorio principal.

Al ser descubierta por los vecinos que acudieron al escuchar los gritos, Claudia Mijangos se entregó a la policía sin oponer resistencia. Durante su arresto, Claudia repetía constantemente que fue obligada a cometer los asesinatos por una entidad maligna que la poseía. Este argumento llevó a que se especulara sobre la presencia de fenómenos paranormales en la casa de los Mijangos.

La casa donde ocurrieron los crímenes, ubicada en la ciudad de Querétaro, México, ha sido objeto de numerosos relatos de sucesos extraños. Vecinos y curiosos han reportado haber escuchado voces, ver sombras y sentir una presencia inquietante en el lugar.

El caso Mijangos ha sido comparado con el caso DeFeo, ocurrido en la ciudad de Amityville, Estados Unidos, en 1974. En el caso DeFeo, Ronald DeFeo Jr. asesinó a su familia mientras dormían, alegando también que fue influenciado por voces y presencias sobrenaturales en la casa. Este crimen inspiró la famosa novela y películas de terror de Amityville.

Ambos casos comparten similitudes en cuanto a la brutalidad de los crímenes, la presencia de problemáticas psicológicas en los perpetradores, así como la supuesta influencia de fuerzas sobrenaturales en los actos violentos. La narrativa de estar poseídos por entidades malignas ha generado debates sobre la existencia de lo paranormal y su posible influencia en la conducta humana.

La liberación de Claudia Mijangos en 2019 generó controversia y revivió el interés en este caso escalofriante. La casa donde ocurrieron los asesinatos sigue siendo un lugar de misterio y especulaciones sobre sucesos paranormales. La historia de los Mijangos y su conexión con lo sobrenatural sigue intrigando a aquellos interesados en el lado oscuro de la mente humana y los misterios inexplicables que nos rodean.